El puerto de Lisboa es un lugar en pleno auge. Un largo y vivo paseo bordea la desembocadura del río Tajo, conectando la ciudad con el puerto, o casi; pues el último tramo está en abandono y sin trabajar. Pero Lisboa es la ciudad de los puentes, una ciudad donde el turista y el local aprovecha siempre la oportunidad de pasear y admirar el Tajo, una ciudad de deporte acuático dónde éste se practica en edificios que no poseen las suficientes dotaciones para explotarlo al máximo. Es por esto que nace la necesidad de crear un club náutico en la desembocadura del paseo, que una la ciudad y el puerto y que además sea un lugar urbano y de uso tanto público como para el deporte. El edificio se posiciona así paralelo al río, uniendo los embarcaderos con el paseo existente y es un puente entre los dos en sí mismo, creando una playa urbana que da acceso al río. El programa se alberga en un edificio que está encajado dentro del puente, que además de dotar con las instalaciones necesarias para el club, es también, y más importante, un puente público, una continuación del paseo. Sumado a este paso públco, las comunicaciones internas del club también se dan en el mismo sentido pero mas privadas, una hacia el lado de la playa pública y el paso entre instalaciones mojadas está colgado de éste, conectando las instalaciones "mojadas" que se encuentran enterradas y se sirven del desnivel de la marea para su uso.